Rafael Conde (Talavera de la Reina, 1939 – Valencia, 2002) desarrolló su carrera artística en Valencia, a la que consideró su “mareta”. Algunos éxitos suyos tuvieron gran repercusión, como Libérate, canción que reivindicaba la homosexualidad, o El gitano Colorines, junto a No me llames Titi que le dio el apodo. Era uno de los cantantes que con más frecuencia y éxito expandió su personalidad artística en espectáculos de variedades de la Comunidad Valenciana, siendo un auténtico ídolo y una referencia en los escenarios y las fiestas. Fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad.
Sus pertenencias aparecieron en el Rastro, incluyendo sus fotografías más íntimas, aquellas familiares y las relativas a centenares de actuaciones que había cosechado a lo largo de su carrera. Por fortuna, las imágenes no se han perdido, se hallan en un archivo particular.
