La sección 1ª recoge el cementerio primitivo. Está dividida por el pasillo central y ambos lados se pueden ver los primeros panteones construidos a partir de la mitad del siglo XIX. Originalmente presentaba el aspecto de un gran jardín decimonónico.
En 1850 se construye el primer panteón, el de los Marqueses de San Juan y, a partir de entonces, las familias burguesas imitan este tipo de construcciones que representaba el poder económico y su status. Es entonces cuando aparecen verdaderas obras de arte realizadas por arquitectos y escultores. Entre silencios de flores, suenan ecos esculpidos, símbolos de vida y así quedan para siempre el recuerdo de piedra, sudor y bronce.
Al acceder al interior del cementerio nos encontramos con el pasillo central que conduce a la capilla. Este andén en un principio era más ancho pero con el tiempo se decidió destinarlo para ciertas tumbas significativas, familias o personajes de relevancia que, paulatinamente, fueron enterrados junto a frondosos sauces. Así, a un lado y a otro, podemos ver las tumbas de Félix Pizcueta, el Panteón de la Policía Local, el pintor Genaro Lahuerta o el del Marqués de Cruïlles, entre otros.