¿QUÉ ES EL MUSEO DEL SILENCIO?
El Museo del silencio, es un proyecto multiplataforma que propone diferentes recorridos culturales por el Cementerio General de Valencia.
Plantemos 4 rutas para recorrer el Cementerio, y poder conocer su riqueza patrimonial, histórica y cultural.
Arte e historia en
el Cementerio General de Valencia
por Rafael Solaz
«El origen de los monumentos arquitectónicos y escultóricos en los cementerios contemporáneos parte de la vanidad de una sociedad aristocrática y burguesa que pretende demostrar su poderío económico y social, haciendo que estas construcciones sobrevivan a la propia vida y, a la vez, se conviertan en espacios para la memoria de los fallecidos.»
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En el Cementerio General de Valencia se halla un auténtico museo de historia y arte. Este camposanto fue construido entre 1805 y 1807 pero sería a mediados del siglo XIX cuando aparecen los primeros panteones que confieren al lugar una imagen impregnada de romanticismo funerario. A partir de entonces una nueva ciudad se iría construyendo y paulatinamente surgieron varios estilos que marcaron la época y la moda arquitectónica: clasicismo, eclecticismo, historicismo, modernismo o movimientos racionalistas, todo rodeado de una frondosa vegetación, con especies mediterráneas, lo que permite apreciar una imagen pintoresca, romántica, a la vez que enigmática. En las primeras secciones, las más antiguas, es donde se concentra la mayor parte de las obras de interés. Coinciden con el área del primitivo camposanto tantas veces ampliado. La participación de los escultores valencianos fue total. Mariano Benlliure, Ricardo Boix, Luis Bolinches, Capuz, Castelló Mollar, Gabino, Francisco Paredes, Vicente Navarro, Silvestre de Edeta, Ramón de Soto, entre otros. También los arquitectos fueron protagonistas, comenzando con los creadores del cementerio: Cristóbal Sales y Manuel Blasco, seguidos de otros como Francisco Almenar, Joaquín Mª Arnau, Joaquín Belda, Manuel Peris, Gerardo Roig, Vicente Sancho, Enrique Samper… con especial atención a José Manuel Cortina y Antonio Martorell, autores de espléndidos panteones.
La simbología adquiere un elemento protagonista importante. Las coronas de las flores “siemprevivas”, aquellas que aunque secas mantienen su lozanía (el recuerdo perdura), las lámparas votivas con su llama encendida hacia el cielo (el alma), las aves nocturnas como el búho o el murciélago, representando la noche (la muerte), la flor de la adormidera (el ser que duerme), las letras alfa y omega (principio y fin de la vida), se unen a elementos masónicos u otros de difícil interpretación simbólica. En el cementerio se halla representada parte de la historia de la ciudad. Los dos siglos de existencia hacen que allí se encuentren todo un elenco de personajes ilustres. Unos inhumados en ricos panteones, otros, por el contrario, descansan en humildes moradas, caso del nicho de Vicente Blasco Ibáñez o el féretro de Joaquín Sorolla. Vale la pena visitar el Cementerio General con otra mirada, la que la sensibilidad de cada uno permita ver una gran exposición al aire libre de arquitectura, escultura, historia y biografías. Museo del Silencio, donde el oro se convierte en ceniza, los nombres desconocidos se remarcan y la guadaña, convertida en símbolo, recuerda la esencial igualdad.
Artículo publicado en abc por Rafael Soláz, bibliófilo, escritor y creador del Museo del Silencio, rutas guiadas por el Cementerio General de Valencia.